Centro Zonal de Pastoral Social - CEZOPAS y Cáritas Española: Su experiencia promoviendo Grupos de Auto Ahorro y Préstamos (GAAP) en República Dominicana.
“La economía, como la misma palabra indica, debería ser el arte de alcanzar una adecuada administración de la casa común, que es el mundo entero”, nos recuerda el Papa Francisco. Lamentablemente, las dinámicas y los modelos económicos no siempre piensan en el bien colectivo, ni procuran el bienestar humano, social y del entorno, especialmente aquellos que favorecen la acumulación monetaria ambiciosa por parte de particulares y la adquisición desmedida de bienes y servicios para atender las modas y exigencias que hacen los mercados. Si a eso se suman las consecuencias de los diversos conflictos y guerras, así como las adversidades climáticas y medioambientales, el resultado no es otro que la existencia de grupos de personas que viven duras situaciones de pobreza multidimensional, medida no solo en la falta de dinero, sino en experiencias de carencias, inequidad, injusticia, inseguridad y enfermedad que afecta todas las esferas de su vida y el pleno ejercicio pleno de los derechos humanos.
Así pues, desde la palabra del Evangelio, la Iglesia nos hace un llamado a la solidaridad, que nos es otra cosa que “compartir lo poco que tenemos con quienes no tienen nada, para que ninguno sufra”; “no se trata de tener un comportamiento asistencialista hacia los pobres, como suele suceder”, sino “hacer un esfuerzo para que a nadie le falte lo necesario”, es decir, brindar una “atención sincera y generosa”, bajo “un sentido de comunidad y de comunión como estilo de vida”, como lo expresó el Papa en su mensaje de invitación a la Jornada Mundial de los Pobres de 2022.
Por eso mismo, para promover de forma solidaria unas condiciones económicas sostenibles y justas para los necesitados, pobres o en condiciones de marginalidad o exclusión de República Dominicana, Cáritas Española y CEZOPAS se unieron para animar la creación y consolidación de Grupos de Auto Ahorro y Préstamos (GAAP), una figura que, si bien no es exclusiva ni original de estas entidades, sí es destacable en tanto busca desde la Iglesia aportar a la construcción de la paz con la promoción de la dignidad de la persona vulnerable, por una parte, y del desarrollo comunitario integral, al mismo tiempo.
CEZOPAS El Centro Zonal de Pastoral Social es una Institución de la Iglesia católica que trabaja por el desarrollo sostenible de la población de menor ingreso en la provincia Monte Plata, República Dominicana. Fue fundado en 1992 para integrar las acciones sociales de las parroquias, con el propósito de coordinar, promover, incentivar, asesorar y acompañar programas y proyectos para liberación integral del hombre y la mujer de esta zona pastoral. |
La directora ejecutiva de CEZOPAS, Gregoria Altagracia Calderón, Hermana Juanista, cuenta que comenzaron a utilizar esta estrategia hace cinco años, como parte del proyecto de seguridad alimentaria en su provincia Monte Plata, auspiciado por Cáritas Italiana, con el objetivo de que los miembros de la comunidad se organizaran para apoyarse entre sí, mediante el compromiso de ahorrar de forma constante una cantidad de dinero al alcance de cada persona, según sus condiciones monetarias; la administración y vigilancia colectiva de esos dineros; y dinámicas de pequeños préstamos no para adquirir productos tangibles o intangibles suntuosos, sino para ir escalando en la consecución de materiales o recursos que mejoren las condiciones de vida de quienes los solicitan y de su entorno.
“En este momento tenemos unos 15 grupos en diferentes comunidades. Consisten en que entre 10 y 30 personas se unen para ayudarse mutuamente, creando una caja común a partir de lo que ellas mismas ahorran. Los dineros recolectados pueden ser utilizados por los miembros para acceder, mediante préstamos de bajos montos, fáciles de pagar y con bajos intereses, a recursos que les permitan mejorar sus vidas. Por ejemplo, para trabajar la tierra, comprar productos necesarios para la siembra o para sus huertas, unas gallinas ponedoras, inyectarle un poco de capital a pequeños negocios, ponerle piso a sus viviendas, atender alguna emergencia en el hogar, comprar una nevera, o lo que cada quien decida según sus necesidades y carencias”, explica, y añade que, en esos casos, no hay ganancias para alguien en particular, para un prestamista con interés de lucro, sino que son todas las personas del GAAP quienes se benefician económicamente, pues el dinero se reparte equitativamente. Así pues, los dineros vienen de los mismos asociados, lo que permite que sean grupos autosuficientes, al tiempo que todos los y las participantes se integran, ganan confianza en sí mismos y en los demás, y desarrollan habilidades y valores de corresponsabilidad y fraternidad, autoestima, autonomía y autorrespeto.
Isaura Morel, encargada de los Grupos Solidarios en CEZOPAS, aclara que cada uno se conforma con personas (preferiblemente mujeres, jóvenes, adultos mayores o habitantes de la ruralidad; pueden ser solo mujeres, solo hombres o grupos mixtos) que manifiestan su voluntad de unirse “para echar para adelante”, y que tienen en común su pertenencia a comunidades vulnerables, sean pobres o acomodadas. Una vez elevan su solicitud, se analiza su perfil y se acepta su inclusión en el proyecto, deben pasar por un proceso inicial de información, capacitación y formación que les permita generar habilidades tanto para organizarse, aprender a trabajar en equipo y a gestionar diferencias o desacuerdos, como para adquirir hábitos de ahorro y de préstamos responsables. Tras ello, deben conformar su junta directiva (la cual debe cambiar periódicamente para que cada miembro, en algún momento, asuma responsabilidades colectivas) y definir su propio reglamento. Cuando lo hacen, empiezan, entonces, unas dinámicas de reunión semanal con todos y todas (es decir, no solo asisten quienes integran la junta del momento, sino todos los individuos que conforman el GAAP): allí se toman decisiones colectivas; se monitoriza el recaudo, el manejo y la salvaguarda de los recursos, y se analizan las peticiones de préstamos que los miembros deben hacer no a alguien particular, sino al grupo en total, explicando las razones y proponiendo un plan de pago.
Por tanto, a diferencia de otras agrupaciones de ahorro voluntario, en estos no hay una entidad de por medio con intereses particulares (un banco, por ejemplo). Tampoco una sola persona es la que maneja los caudales y determina, bajo su criterio subjetivo, a quiénes se les puede prestar, a qué tasa, o a cuánto tiempo. En los GAAP, por el contrario, las reglas son fijadas por todos y todas; se hacen las solicitudes de préstamos ante todos y todas; se analizan las razones y los posibles beneficios entre todos y todas; y todos y todas pueden participar en la administración de los recursos, en algún momento, y en el control de estos, siempre. Además, todos y todas analizan las situaciones que merecen, en casos de emergencia, realizar donaciones con los recursos acumulados. Los beneficios monetarios son para todos y todas, pues periódicamente (entre 8 y 12 meses) se cierra un círculo de ahorro, se reparten los ahorros hechos por cada persona, se distribuyen las ganancias colectivamente, de forma equitativa, se evalúa lo hecho y lo aprendido, se revisan los estatutos y se comienza, si se desea, un nuevo ciclo de ahorro.
En las formaciones iniciales, describe Isaura, “se les explica de manera detallada y clara cómo funciona un GAAP y cuáles son sus principios, se atienden sus miedos y prejuicios sobre lo que puede implicar su funcionamiento, y se les anima a que ellos y ellas trabajen por la paz desde la autoayuda y la cooperación con otras familias, encontrando juntas el camino para salir adelante, trabajando en conjunto. También los acompañamos en la definición de sus propios estatutos, los cuales establecen no sólo los acuerdos para los préstamos y los ahorros, sino también para la creación de un fondo social de emergencia”, el cual debe ser destinado, únicamente, para brindar apoyo, en forma de donaciones, en aquellas situaciones sociales que se presentan de repente y que pueden afectar a una persona (un accidente, por ejemplo) o a la comunidad (una contingencia ambiental u otro caso de impacto general).
En cada GAAP, el dinero recolectado se maneja de la siguiente forma:
|
Quienes están vinculados, por tanto, deben comprometerse a asistir al encuentro semanal y a hacer un aporte periódico y constante, de acuerdo con sus condiciones y capacidades particulares, pero no tienen penalidad si por alguna razón (un imprevisto, una emergencia, un apuro) no pueden cumplir alguna vez su responsabilidad monetaria, pues lo que interesa es estimularlos para que cumplan sus metas de ahorro fácilmente, que no pierdan la costumbre de ahorrar y, sobre todo, que aprendan los valores de la autorresponsabilidad y la solidaridad hacia sí mismos y hacia los demás. Eso sí, deben, aun si no pueden aportar la cuota de ahorro, asistir a las reuniones programadas, donde su voz y su situación serán escuchadas, y donde los otros miembros le brindarán acompañamiento en momentos difíciles.
Adicionalmente, desde las entidades involucradas se les brinda constantemente formación, técnica, espiritual y social, para que cada vez el grupo cualifique sus capacidades y tomen mayor conciencia de la corresponsabilidad con el desarrollo y el bienestar personal y colectivo. Adicionalmente, se les involucra en otros programas y proyectos que pueden ser complementarios y que también tienen objetivos de construcción de paz, desarrollo humano, defensa de los derechos humanos y mejoramiento de condiciones de vida individuales y colectivas.
Para la Hna. Gregoria, los GAAP son, pues, ejemplo de economía solidaria rotativa, que ha permitido a muchas personas, especialmente a jóvenes y mujeres, empoderarse y poner en práctica valores positivos que impactan en el bienestar de los y las más vulnerables, y de las comunidades, ganando capacidades de cohesión, organización y tejido social. Por su parte, para Isaura, son evidencia de una pastoral activa, que se enfoca en el desarrollo integral de las personas y grupos sociales que de alguna manera están en el olvido, excluidas de los sistemas financieros tradicionales, y que no cuentan con una mano amiga que les apalanque. Ambas coinciden, además, en que las y los participantes aprenden, además, a ser empáticos con las situaciones, a sentirse en paz y cómodos consigo mismos, a superar el individualismo, a apropiarse de la transformación de su realidad y a concebirse como personas útiles y agentes de cambio para los y las demás.
De todas formas, aún quedan muchos retos y metas por conquistar, pues no es fácil acostumbrar a las personas a que se reúnan frecuentemente; a que aprendan a participar en las decisiones, a dialogar y a concertar decisiones. También, que se habitúen al ahorro, pese a los pocos recursos y las enormes necesidades que tengan, muchas veces de subsistencia; o que aprendan a priorizar, analizar y dimensionar la conveniencia de los préstamos que realizarán; o que adquieran competencias para llevar la contabilidad y el registro de las diversas transacciones. Por eso mismo, desde Cáritas Española y Cezopas, siempre están acompañando a los grupos, animándolos, brindándoles formación, para superar los baches y para que no solo valoren los GAAP por los beneficios monetarios que puedan tener, sino desde aquellos que obtienen en su ser, como personas, y en su dimensión social, como parte de una comunidad.
Así, pues, esta experiencia nos muestra que es posible y necesario promover la solidaridad para construir paz, pues solo “el amor recíproco nos hace llevar las cargas los unos de los otros para que nadie quede abandonado o excluido, compartiendo lo que tenemos con los que no tienen nada, pero acogiendo, al mismo tiempo, lo que nos puedan aportar: su trabajo, su pensamiento, su forma de hacer y de entender la vida”; una solidaridad con la que “nadie puede sentirse exceptuado”, como expresa el Papa, especialmente si se busca, desde la fe, hacer que la vida digna sea posible para todas las personas.
Para más información, se recomienda consultar:
|
Textos: Gloria Londoño Monroy
Fotografías: CEZOPAZ
2023