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Hombres nuevos, hombres libres

masculinidades constructivas

Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, vigente para los países que integran el Foro Político de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, es lograr “la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas” (ODS 5), no solo porque la igualdad es un derecho humano fundamental, sino porque transformar modelos dañinos que privilegian al género masculino es uno de los pilares esenciales y urgentes para construir un mundo tolerante, pacífico y próspero para todos los seres y grupos humanos sin distinción.

De ahí que Catholic Relief Services – CRS lidere el diseño y la aplicación de metodologías y mediaciones sociales con nuevas perspectivas de género orientadas a personas adolescentes, jóvenes y adultas, para conseguir progresivamente cambios en la cultura, en las narrativas, en los comportamientos individuales y comunitarios, en las habilidades socioemocionales y en las prácticas efectivas de las normas sociales e ideas internalizadas de lo que significa, desde la igualdad, identificarse con algún género.

  • Una de ellas es ¡Mujer, no estás sola!, dirigida a personas adultas que se identifican con el género femenino.

  • Otra es Un viaje hacia una masculinidad pacífica, dirigida a adolescentes, jóvenes y adultos hombres, enfocada en lograr mayor sensibilidad acerca de la importancia de transformar comportamientos machistas o hipermasculinos, dando paso a masculinidades pacíficas y abiertas a un comportamiento más justo y equitativo con las mujeres y con otros hombres.

  • Y otra más es Hombres nuevos, hombres libres, también pensada para adolescentes, jóvenes y adultos hombres, pero creada para ir con mayor nivel de profundidad a las raíces desde donde pueden nacer cambios de comportamiento y nuevas creencias en torno a masculinidades positivas.

 

Así pues, aunque tienen intencionalidades, destinatarios, temas e intensidades diferentes, son complementarias para lograr la anhelada igualdad sin importar el sexo o el género. Este texto explica esta última: Hombres nuevos, hombres libres.

Descripción

“La inequidad de género no se trata exclusivamente de diferencias entre hombres y mujeres, sino que es un problema sistémico y de poder. Esta metodología busca hacerlo entender así, como un problema con múltiples factores intervinientes y con consecuencias en muchos niveles, que afectan el desarrollo individual y colectivo. Además, propiciar un proceso subjetivo (mínimo de 10 a 12 semanas, con un encuentro semanal) para que los hombres revisen e internalicen cambios actitudinales y conductuales”.
Richard Jones 

Datos generales de la metodología

 

Participantes

Hombres entre los 13 y los 65 años. Las edades pueden flexibilizarse.

Países en los que se ha aplicado

El Salvador; en otros países (Nicaragua, República Dominicana y México) se adelanta un proceso de sensibilización y conocimiento de la metodología para iniciar la formación de facilitadores.

 

Contextos de aplicación

Comunitarios, eclesiales, educativos, centros de privación de libertad, centros juveniles, entre otros

 

Año de creación

2021

 

Entidad que la impulsa

Catholic Relief Services – CRS

 

Autor

Richard Jones

 

Objetivo(s) de Desarrollo Sostenible a los que aporta

Objetivo 5, lograr la igualdad entre los géneros; también el ODS 3, que busca garantizar una vida sana y promover el bienestar para todas las personas en todas las edades mediante el fomento de la resiliencia y la salud mental.

Contexto

La metodología Hombres Nuevos, Hombres Libres, está pensada para adolescentes, jóvenes y adultos hombres, pero creada respondiendo a las características de América Latina y El Caribe, para construir, no solo desde lo personal-individual sino también desde lo comunitario-colectivo, una masculinidad que se relacione en armonía con otros géneros.

Ver el video >>>

Dichos, refranes y frases que reflejan los estereotipos machistas, como “los hombres no lloran”, “los hombres son invulnerables”, “los hombres mandan”, “los hombres son fuertes”, “los hombres no se dejan joder de nadie, menos de una mujer”, “las mujeres son de la casa y los hombres de la calle”,  “una mujer le pertenece a su hombre”, “los hombres son racionales y las mujeres emocionales”, “mujer al volante, peligro constante”, “¡mujer tenía que ser!”, son ejemplos de culturas y normas de género hegemónicas que privilegian el género masculino y desconocen que todos los seres humanos, sin importar su sexo o género,  han sido creados a imagen y semejanza de Dios; por consiguiente, todos merecen dignidad humana, respeto y justicia.

Solo un cambio en los mensajes e ideas que se transmiten desde la infancia al respecto de lo que significa ser un hombre o una mujer, en todos los niveles de su sistema socioecológico (individual, relacional, organizacional, comunitario, social); hacer una reconstrucción personal y social de lo que significa ser un “hombre”, más aún “un hombre hipermasculino”, y reconstruir de forma personal y colectiva los conceptos de masculinidad y feminidad, puede producir un cambio real sanador.

“Además del género, en tanto categoría relacional, resulta importante reconocer la necesidad de contribuir a la reducción de las masculinidades tóxicas como estrategia clave para la prevención y disminución sostenible de todas las formas de violencia. Esto es fundamental en el caso de la violencia contra las mujeres, pero también resulta impostergable si queremos contribuir a deconstruir las creencias que alientan todas las otras formas de violencia que aquejan a la región”.
Guía metodológica Hombres nuevos, hombres libres

Metodología

Los principios:

Esta metodología busca la capacitación y formación de adolescentes, jóvenes y adultos bajo la inspiración de la Doctrina Social de la Iglesia y de los principios del marco de construcción de la paz de CRS.

El modelo pedagógico postula que la programación transformadora de género requiere un trabajo en todos los niveles, desde el individuo, las relaciones, las comunidades y los entornos legales y políticos, incluyendo las instituciones. El trabajo en cada nivel está interrelacionado y es interdependiente con el trabajo en todos los demás niveles. Los avances que cambian las normas de género en un espacio, mediante el descubrimiento, el deseo, el diseño y la acción de dar, ayudan a reforzar y mantener los cambios en otros espacios, conectando lo individual con lo relacional, enlazando con la comunidad.

De igual forma, se aplican los siguientes principios de trabajo:

  1. Aprendemos desde nuestra propia experiencia vital.

  2. Nos formamos los unos a los otros: aprendemos en comunidad.

  3. Aprendemos a través del diálogo de saberes y la escucha.

  4. Ver, juzgar y actuar: los momentos claves de una pedagogía transformadora.

  5. Teoría y práctica (reflexión - acción): las bases de una verdadera praxis transformadora.

  6. Relaciones de respeto e igualdad.

 

Esta metodología se basa en más de 60 años de investigación que un sinnúmero de personas e instituciones han realizado y que ha incluido temas y campos científicos como cognición, psicología social, autoeficiencia, participación, aprendizaje sociocultural, motivación, psicología conductista y andragogía.

Se fundamenta también en la teoría cognitiva cuya evidencia científica demuestra que los pensamientos, sentimientos y acciones están conectados y unos influencian a los otros. O sea, lo que se hace influencia lo que se siente y piensa; y lo que se siente, influencia lo que se piensa y se hace; también los pensamientos inciden en el sentir y actuar. En otras palabras, para cambiar las conductas hay que trabajar y tomar consciencia de los sentimientos, los pensamientos y las acciones propias y colectivas.

Objetivo general:

Transformar en adolescentes, jóvenes y adultos de género masculino, ideas, actitudes, comportamientos y prácticas personales, familiares, comunitarias y sociales vinculadas a las masculinidades hegemónicas, por otras propias de las masculinidades constructivas y libres de violencia y machismo.

Las masculinidades constructivas implican:

1) reconocer y aceptar las diversas expresiones de masculinidad;

2) tener actitudes y conductas a favor de la equidad e igualdad de género;

3) rechazar el uso de la violencia;

4) adoptar una comunicación asertiva;

5) intervenir cuando se ve a otros ejerciendo violencia, y

6) tomar acciones sociales con otros hombres y mujeres para erradicar la violencia sexual y basada en género.

Los objetivos específicos:

  • Ayudar a descubrir, soñar y diseñar colectivamente una identidad masculina pacífica, reforzando habilidades, conocimientos y actitudes necesarias para defender las verdades universales de la dignidad humana y las relaciones correctas para todas las personas.

  • Obtener resultados equitativos que evidencien en adolescentes, jóvenes y adultos, el cuestionamiento del significado de la masculinidad, de las normas hipermasculinas y de las dinámicas de poder desigual que las acompaña, reconociendo normas y actitudes heredadas de los sistemas sociales (familias, comunidades, medios de comunicación, escuelas, etc.).

  • Propiciar reflexiones individuales y grupales sobre el modo como las concepciones de la hombría se ven influidas por las normas de género desiguales.

  • Animar a los hombres a pasar de las nociones perjudiciales de lo que “significa ser un hombre”, a lo positivo innato que cada persona lleva dentro y que no siempre se celebra o se valora.

“Las normas y culturas centradas en el género masculino traen consecuencias negativas a millones de individuos, no solo a mujeres y a grupos sociales en su conjunto, sino, incluso, a los mismos hombres.  Desconocer o subvalorar que son seres humanos con sentimientos, que pueden ser y sentirse vulnerables o débiles en ocasiones, incide en su salud física y mental, en la promoción de diversos estereotipos dañinos, en la manifestación de distintos tipos de violencias (por ejemplo, contra niños y jóvenes que no representan el prototipo del macho socialmente construido), en mortalidad o incapacidad por enfermedades crónicas (al negarse a hacerse determinados exámenes médicos), en su bienestar psicosocial. Por consiguiente, se afectan negativamente las condiciones locales, regionales y globales sociales, políticas y económicas que afectan el desarrollo humano integral”.
Alejandro Silva, CRS Nicaragua

Planificación

1. Trabajo con líderes comunitarios y religiosos para explicar el programa de trabajo. Es importante concienciar sobre posibles reacciones negativas de la comunidad o una mala interpretación sobre el tema.

 

2. Encontrar modelos a seguir y mentores que ayuden a los jóvenes a poner en práctica sus conocimientos nuevos o reforzados.

 

3. Selección y formación de facilitadores: se recomienda que dos facilitadores dirijan un grupo pequeño de 10 a 15 participantes.

La dinámica:

Esta metodología se puede aplicar de manera total, o bien, modular; en este último caso, es preciso elegir algunas de sus temáticas e integrarlas en un diseño ad hoc, junto a otras metodologías de construcción de paz que se consideren complementarias.

La propuesta contempla un proceso que se puede distribuir en 17 sesiones de entre 2.5 y 3 horas cada una, durante las cuales se desarrollan ejercicios para incentivar la discusión y la reflexión. Como se indicó, no siempre es necesario abordarlas todas; se pueden seleccionar de acuerdo con las características de los grupos y la disponibilidad de tiempo, cuando se realizan las sesiones de otras metodologías y experiencias para la prevención o atención de violencias.

Cada sesión o módulo tiene un tema principal que se enfoca en incidir en las actitudes y conductas de las masculinidades constructivas como alternativa a la masculinidad hegemónica. El abordaje de cada tema está sostenido por dos hilos conductores. 

  • El primero, la sanación personal, reconociendo que todos los hombres han vivido situaciones de pérdida, duelo, vulnerabilidad y, a veces, experiencias traumáticas. Por consiguiente, Hombres nuevos, hombres libres lleva a identificar esas experiencias que tienen que ver con masculinidades tóxicas y hegemónicas, y aprender prácticas para expresar los sentimientos, las necesidades personales y para sanar sin olvidar el pasado, haciendo acopio de la experiencia.

  • El segundo, cambiar actitudes y conductas no solo personales, sino colectivas, para encaminarse a la acción social desde la identificación de las cualidades de las personas que han hecho el bien a pesar de los riesgos. Con este propósito, se facilita la imaginación de escenarios, el análisis de las razones detrás de determinadas ideas, actitudes y comportamientos, la palabra y la acción desde perspectivas constructivas y transformadoras.

 

El proceso, en este caso, es el siguiente:

Planificación

Busca definir aspectos como:

  • Los objetivos y los motivos de la intervención.

  • La cantidad, las características, las historias personales y el nivel de formación del equipo facilitador.

  • Las características, la disponibilidad, las necesidades, los intereses y las historias personales conocidas de los participantes.

  • Los temas y las sesiones que se abordarán con el grupo.

 

La infraestructura, los materiales y los permisos necesarios.

Evaluación inicial

Consiste en planificar estrategias de monitoreo, evaluación y aprendizaje permanente, utilizando técnicas cualitativas o cuantitativas.

Desarrollo

En esta metodología se propone trabajar 17 sesiones con grupos de 20 integrantes como máximo:

  • Sesión 1. Introducción al proceso de masculinidades constructivas

  • Sesión 2. Ser hombre, ser mujer

  • Sesión 3. Mandatos de género

  • Sesión 4. Poder y relaciones

  • Sesión 5. Violencia

  • Sesión 6. Violencia contra las mujeres

  • Sesión 7. Manejando las emociones I

  • Sesión 8. Manejando las emociones II

  • Sesión 9. Construyendo relaciones saludables y equitativas

  • Sesión 10. Sexualidad y salud

  • Sesión 11. Sexualidad y cuidado

  • Sesión 12. El cuerpo

  • Sesión 13. El cuidado

  • Sesión 14. Paternidad

  • Sesión 15. Autoestima

  • Sesión 16. Duelo y traumas

  • Sesión 17. Hombres en movimiento

 

Nota: Es conveniente realizar al inicio una sesión informativa y de motivación y, al final, otra de cierre, compromisos y evaluación.

Evaluaciones y aprendizajes

Consiste en realizar las evaluaciones finales con los facilitadores.

“Necesitamos que los hombres cambien sus valores, pensamientos, actitudes y comportamientos, asumiendo el concepto de masculinidad desde una perspectiva humanista. El esfuerzo debe ser compartido entre hombres y mujeres para lograr disminuir las violencias de género. Por eso, con los hombres que participan en los distintos proyectos de CRS, en los grupos donde se aplican diversas metodologías, estamos tratando de hacer una sinergia con la propuesta de Hombres nuevos, hombres libres, para que esos roles de género se repiensen y se transformen en beneficio de todos y todas, incluso, en beneficio del mismo hombre, quien por esos mismos prejuicios enraizados en masculinidades hegemónicas predominantes no es consciente de su rol en la sociedad actual. Buscamos que los hombres tengamos la oportunidad de repensar nuestra historia y nuestro papel en la familia y las comunidades; necesitamos hombres no violentos, que puedan expresar sus emociones y que no tengan miedo a ellas. Es decir, impulsar y formar para una nueva masculinidad que genere paz”.
Alejandro Silva, CRS Nicaragua

Los facilitadores, idealmente dos por grupo, deben ser hombres con el propósito de generar un clima de confianza con los participantes, de manera que todos se sientan cómodos con la expresión de sentimientos, emociones, opiniones y juicios.

Los facilitadores deben ser hábiles en procesos de facilitación y culturalmente competentes y sensibles en el tema, ya que las discusiones pueden tornarse profundas, emocionalmente fuertes. Deben poseer la destreza para movilizar a grupos de hombres, escucharlos, motivarlos y orientarlos a través de este proceso liberador.

Equipo

Organizaciones educativas, sociales o gubernamentales interesadas en promover la paz pueden comunicarse con CRS para recibir orientación y formación para realizar buenas prácticas de atención psicosocial mediante esta metodología.

El proceso incluye preparar a los facilitadores, quienes deberán transitar tres momentos:

  • Vivir la experiencia siendo parte de un grupo de hombres o participando en un taller vivencial;

  • Participar en un taller de formación de facilitadores;

  • Y aprender estrategias para acompañar a los hombres siguiendo los ejes temáticos y las dinámicas que se recomiendan.

Implementación

Video testimonial:

Desde Good Shepherd International Foundation-América Latina, participamos y promovemos diferentes procesos de trasformación personal como la experiencia vivencial de Hombres Nuevos, Hombres Libres, metodología liderada por Catholic Relief Services – CRS, que busca conseguir progresivamente cambios en la cultura, en las narrativas, en los comportamientos individuales y comunitarios, en las habilidades socioemocionales y en las prácticas efectivas de las normas sociales e ideas internalizadas de lo que significa, desde la igualdad, identificarse con algún género. Compartimos algunos testimonios de participantes y facilitadores del encuentro de Hombres Nuevos, Hombres Libres del cual hicimos parte como participantes para el fortalecimiento de uno de los componentes en el proyecto “IREHNA-Impulsando una Red de Hermanas Católicas para Combatir la Violencia Contra la Mujer en México”

Monitoreo

La guía metodológica ofrece orientaciones sobre cómo realizar los procesos de monitoreo y evaluación para comprender los alcances y resultados de la metodología, no solo con base en los testimonios de los participantes, sino también con base en instrumentos basados en la escala GEM (género y masculinidad).

Info

Asesores

Isabel Aguilar

Alejandro Silva

 

Fotografías

Alejandro Silva

Ilustraciones

David Antonio Navidad

 

Consultores

Gloria Londoño • Carlos Henao

FICONPAZ

 

Todos los derechos reservados ©

Diciembre 2022

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