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Un viaje hacia una masculinidad pacífica:
Masculinidad con equidad de género

Progresar en el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como pretenden los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas, es un reto urgente y complejo para disminuir diversas causas y manifestaciones de las distintas formas de violencias, inequidades e injusticias. Por ejemplo, el ODS 5, que pretende conseguir “la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”, se relaciona con la prevención y la atención de las violencias de género, vicaria, intrafamiliar, entre otras formas de atentar contra los derechos humanos.

Para el caso de ese quinto objetivo, se requiere un esfuerzo multilateral, interinstitucional y multidimensional (desde la educación, la política, la acción social pública y civil, la religión y la espiritualidad, la economía, entre otros ámbitos) que cambie, desde las raíces, en diversos niveles sociales y de forma permanente, estándares y maneras dañinas de valorar, percibir, pensar, actuar, verbalizar y simbolizar los diversos géneros.

Descripción

“Para garantizar de manera eficaz que las mujeres, las niñas, los hombres, los niños y las personas de género diverso puedan disfrutar plenamente de los derechos humanos, es preciso, primero, una comprensión exhaustiva de las estructuras, las políticas y los estereotipos sociales, así como de las relaciones de poder

que condicionan no sólo las leyes y las políticas, sino también la economía, la dinámica social y la vida  familiar y comunitaria”.
(Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, 2022).

En sociedades tradicionalmente patriarcales, donde se han perpetuado durante siglos culturas machistas como las que prevalecen en América Latina y El Caribe, es necesario, además, trabajar de forma permanente para modificar patrones de desigualdad de género. Por ello, Catholic Relief Services – CRS ha diseñado varias metodologías que buscan transformar las masculinidades hegemónicas en otras equitativas.

Entre ellas está Un viaje hacia una masculinidad pacífica, metodología que nació en África para proponer un camino estructurado de reflexión y deconstrucción de patrones machistas y androcéntricos arraigados en el imaginario cultural patriarcal de adolescentes, jóvenes y adultos hombres. Se busca con esta propuesta generar comprensiones y condiciones que favorezcan la vivencia de una masculinidad con equidad, mediante el cambio progresivo de culturas, narrativas y comportamientos individuales, la construcción de habilidades socioemocionales y la práctica efectiva y positiva de normas sociales e ideas internalizadas de lo que significa ser hombre.

Es importante señalar que esta metodología recoge los aprendizajes de la propuesta del sacerdote franciscano Richard Rohr, quien sugiere reconocer y reestructurar los ritos de iniciación masculinos presentes en las diversas culturas de diferentes países para adquirir las habilidades individuales necesarias para ser hombres positivos, pacíficos y maduros.

Otras metodologías de CRS
que promueven la
equidad de género:

  • ¡Mujer, no estás sola!: Orientada a niñas, adolescentes, adultas y personas que se identifican con el género femenino.

  • Hombres nuevos, hombres libres: Pensada para adolescentes, jóvenes y adultos hombres, pero creada respondiendo a las características de América Latina y El Caribe, para construir, no solo desde lo personal-individual sino también desde lo comunitario-colectivo, una masculinidad que se relacione en armonía con otros géneros.

Datos generales de la metodología

 

Participantes

Hombres desde los 18 años, aunque la edad puede flexibilizarse para trabajar también con adolescentes. Pueden ser de diferentes lugares, estratos sociales, etnias o nacionalidades.

 

Países en los que se ha aplicado

Varios en África; Ghana lanzó el primer piloto del programa de estudios en el marco de un proyecto sobre masculinidad con equidad de género implementado en 2021. En América Latina se inició en 2022 la formación de formadores (hombres todos). 

 

Contextos de aplicación

Comunitarios, eclesiales, educativos, centros de privación de libertad, centros juveniles, entre otros.

 

Año de creación

2020.

 

Entidad que la impulsa

Catholic Relief Services – CRS.

 

Autor(a/es)

Jimi Hummer (EE. UU.), asesor técnico de género de CRS, diseñó la propuesta, con la colaboración de Michelle Kendall, Lucy Steinitz, Isabel Aguilar Umaña, Jean Baptiste Talla, Raymond Mukengere, Tapfuma Murove, Michelle Marland, Nell Bolton, Bob Groelsema, Sergio López y Don Rogers. También, con aportes de Abby Johnson, asesora técnica regional de CRS en África oriental, y el equipo del proyecto Gender Empowerment Measure (GEM) de CRS.

 

Objetivo(s) de Desarrollo Sostenible a los que aporta

Objetivo 5: Lograr la igualdad entre los géneros; también al Objetivo 3, que busca garantizar una vida sana y promover el bienestar para todas las personas en todas las edades, mediante el fomento de la resiliencia y la salud mental en los hombres, de forma directa, y en sus familias.

Contexto

Como se explica en la guía de este programa, la Doctrina Social Católica está llamada a contribuir al desarrollo humano integral (DHI) mediante la promoción de “relaciones correctas entre todas las personas, asegurando que las mujeres, los hombres, los niños y las niñas tengan la oportunidad, la capacidad, la voz y el apoyo que necesitan para participar en condiciones de igualdad, para alcanzar su pleno potencial y para reducir las desigualdades y los desequilibrios de poder”.

De ahí que CRS, en África como primer ámbito de aplicación, y ahora en América Latina y El Caribe, haya iniciado un programa específico dedicado a que los participantes cuestionen las creencias y costumbres perjudiciales de lo que significa ser un “hombre”, las normas hipermasculinas y la dinámica de poder desigual que las acompaña.

Dicho programa responde a los altos índices de violencia de género en el mundo: “la discriminación y las violencias socioestructurales (sea violencia directa, indirecta, cultural y estructural) siguen privando a niños, niñas, adolescentes y mujeres adultas de sus derechos y oportunidades básicas en todos los ámbitos de la vida, y lo mismo pasa con personas de todas las edades y que se identifican con un género diferente al de su sexo biológico. Esto se deriva de culturas que tradicionalmente ensalzan o privilegian la hipermasculinidad y que perpetúan antivalores, ideas, creencias, comportamientos y actitudes que las sociedades esperan de lo que erróneamente se considera ser un niño o un hombre de verdad”.

“CRS espera que los hombres y los niños reflexionen sobre el modo como las concepciones de la ‘hombría’ se ven influidas por las normas de género desiguales, y anima a los hombres a pasar de las nociones perjudiciales de lo que ‘significa ser un hombre’ a lo positivo innato que cada persona lleva dentro, y que no siempre se celebra o se valora. Estos resultados no solo benefician a los hombres y niños, sino que también tienen efectos positivos para sus familias, mujeres, niñas y comunidades (…)   No se trata de avergonzar a los hombres y a los niños por algunos atributos negativos que se remontan a las normas hipermasculinas, sino de descubrir, soñar y diseñar colectivamente una identidad masculina más pacífica a través de un viaje guiado, un rito de paso de niño a hombre. La idea es ayudar a los niños y hombres a aprender y reforzar las habilidades, conocimientos y actitudes necesarias para defender las verdades universales de la dignidad humana y las relaciones correctas para todas las personas”. 
Jimi Hummer, Asesor técnico de género de CRS (en la guía de la metodología).

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Los principios:

Esta metodología, como las demás de CRS, se inspira en la Doctrina Social de la Iglesia y se asienta en sus principios institucionales de construcción de la paz, los cuales relacionan las cuatro fases de la Indagación Apreciativa (modelo de las 4D) con tres ámbitos de intervención (modelo de las 3C):

Metodología

4D de la Indagación Apreciativa

  • Descubrir: a través de una mirada apreciativa, del valor que hay en uno mismo y en los demás (en el grupo y otros grupos); valor que nutre la cohesión social.

  • Desear: adoptar una visión positiva, prever un futuro armonioso compartido.

  • Diseñar: valorar la importancia de trabajar juntos, concebir un proyecto innovador e inclusivo.

  • Dar: a través de la acción conjunta, transformar su mundo en uno socialmente cohesionado.

3C

  • Conexión con uno mismo: promueve la transformación y agencia en el ámbito interno para superar prejuicios y traumas (aborda el conflicto intrapersonal).

  • Contacto con los demás: refuerza relaciones y entendimiento mutuo dentro de un grupo de identidad (aborda el conflicto intragrupal).

  • Construcción de puentes: comprensión y confianza entre dos o más grupos identitarios (aborda el conflicto intergrupal)

El modelo pedagógico postula que la programación transformadora de género requiere un trabajo en todos los niveles, desde el individuo, las relaciones, las comunidades y los entornos legales y políticos, incluyendo las instituciones: de ahí el enfoque de las 3C. Cada nivel está interrelacionado y es interdependiente con el trabajo en los demás niveles. Los avances que cambian las normas de género en un espacio, mediante el descubrimiento, el deseo, el diseño y la acción de dar, ayudan a reforzar y mantener los cambios en otros espacios, conectando lo individual con lo relacional, y enlazando todo esto con la comunidad.

De igual forma, se aplican los siguientes principios de trabajo: 

  1. Aprendemos desde nuestra propia experiencia vital

  2. Nos formamos los unos a los otros: aprendemos en comunidad

  3. Aprendemos a través del diálogo de saberes y la escucha

  4. Ver, juzgar y actuar: los momentos claves de una pedagogía transformadora

  5. Teoría y práctica (reflexión - acción): las bases de una verdadera praxis transformadora

  6. Relaciones de respeto e igualdad

Específicamente, el modelo general se basa en el convencimiento de que no hay una sola definición exacta de lo que significa “una forma pacífica y positiva de ser hombre”, en el entendido de que los niños, los adolescentes y los adultos hombres pueden asumir, desarrollar e interiorizar valores, creencias, conocimientos, actitudes, comportamientos y habilidades para alejarse de las consecuencias negativas de la versión estereotipada de la virilidad hipermasculina.

Los objetivos generales:

  • Modificar creencias y comportamientos individuales, construir habilidades socioemocionales y modificar normas, conceptos y juicios sociales internalizados de lo que significa ser un hombre.

 

Los objetivos específicos:

  • Objetivo 1: Los participantes reconocerán los efectos nocivos que las normas de género rígidas, socializadas a través de «la caja de hombres», han tenido en su salud física y mental.

  • Objetivo 2: Los participantes desarrollarán o reforzarán habilidades de comunicación sana, expresión de emociones, manejo de la ira, resolución de conflictos, empatía y establecimiento de relaciones correctas.

  • Objetivo 3: Los participantes desarrollarán juntos una visión compartida de una masculinidad positiva y pacífica y seguirán apoyándose mutuamente para vivir estas nuevas ideas.

  • Objetivo 4: Los participantes, junto a líderes locales y mentores, desarrollarán un proyecto comunitario para vivir los compromisos de un hombre pacífico y para vivir estos valores de masculinidad positiva en la vida cotidiana, para responsabilizarse mutuamente y para transmitir el mensaje a su comunidad.

  • Objetivo 5: Al valorar y vivir los comportamientos propios de las relaciones correctas, justicia, equidad, respeto y dignidad humana, se producirá una mejora en la vida de los participantes, en sus relaciones con los demás, en la vida de los demás y, como resultado, una mayor cohesión social.

 

La dinámica:

La metodología incluye mínimo siete (7) sesiones de trabajo con el grupo de participantes. Utiliza como metáfora el “rito de paso de niño a hombre” para simbolizar el viaje que hay que realizar desde las ideas infantiles de lo que es ser un “hombre de verdad”, hasta llegar a dos destinos esperados: el primero, una mejor comprensión de lo que realmente es y puede ser un hombre maduro y pacífico, no solo por el bien de la familia y la comunidad, sino también por el bien de uno mismo; el segundo, un fortalecimiento de las capacidades para crear y mantener relaciones justas y equitativas.

En diversas sociedades, los ritos de paso hacia la adultez y de iniciación a la masculinidad se practicaban y se practican (aunque cada vez menos) durante la adolescencia, para preservar las ideas de fuerza, valor, poder y control masculino y otras normas de hombría socializadas ligadas a la virilidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adolescencia como el período de crecimiento que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y los 19 años, caracterizado por cambios hormonales y cerebrales en los que se deja de ser niño o niña físicamente para comenzar un proceso que lleva a la adultez y a la configuración de la identidad personal. Considerando que esta etapa es crucial para el desarrollo de cada persona porque se experimentan cambios dramáticos y porque las personas comienzan a pensar críticamente sobre sí mismas y sobre cómo interactúan con las y los demás, esta metodología acude a “un nuevo rito de paso” para guiar hacia una vida más saludable que tendrá un impacto en las comunidades en su totalidad.

Así, este nuevo rito tiene un giro significativo: comprender que numerosos niños, adolescentes y jóvenes a menudo luchan por encontrar su identidad masculina, resolver algunos de los problemas que enfrentan y, en última instancia, mejorar los resultados para ellos, sus familias y compañeros a nivel individual, de relaciones y de comunidad, mediante la construcción y el refuerzo de conocimientos, habilidades y actitudes en torno a las verdades universales de la importancia de las relaciones justas y equitativas, basadas en el respeto, la comprensión, la dignidad humana, la equidad y la justicia.

En la práctica, la propuesta de formación e intervención primaria propone los siguientes pasos:

Planificación

1. Trabajo con líderes comunitarios y religiosos para explicar el programa de trabajo. Es importante concienciar sobre posibles reacciones negativas de la comunidad o una mala interpretación sobre el tema.

 

2. Encontrar modelos a seguir y mentores que ayuden a los jóvenes a poner en práctica sus conocimientos nuevos o reforzados.

 

3. Selección y formación de facilitadores: se recomienda que dos facilitadores dirijan un grupo pequeño de 10 a 15 participantes.

Evaluación inicial

1. Análisis de normas y roles de género relacionados con masculinidades y hombría en la zona del proyecto para conocer las necesidades de los posibles participantes y sus experiencias sobre relaciones equitativas, igualdad de género y masculinidades.

 

2. Taller de análisis y diseño de datos para validar las conclusiones de la primera evaluación. Este taller también puede ser una oportunidad para conseguir la aceptación de partes interesadas clave.

 

3. Diseño del marco de trabajo de monitoreo, evaluación, rendición de cuentas y aprendizaje.

Desarrollo

Se realizan siete (7) sesiones de tres horas aproximadamente con cada grupo:

  • Sesión 1: Establecer un espacio seguro

  • Sesión 2: ¿Qué es la caja de hombres?

  • Sesión 3: ¿Qué es el poder? ¿Cómo manejar los sentimientos?

  • Sesión 4: Resolución de conflictos y nuestro poder de hacer un cambio

  • Sesión 5: Relaciones correctas con uno mismo y con los demás

  • Sesión 6: Comprometerse con una vida sana y fortalecer nuestras redes

  • Sesión 7: Clausura - conseguir una masculinidad con equidad de género

 

Las actividades se basan en la pedagogía de liberación gradual de la responsabilidad (andamiaje): “Yo hago, nosotros hacemos, tú haces”. Este estilo de facilitación permite que la capacitación sea dirigida por participantes, centrada en ellos, focalizada en el grupo y basada en sus puntos fuertes; esto, en oposición a un estilo enfocado en el profesor y en una aproximación dirigista.

Evaluaciones y aprendizajes

Con base en lo planificado, se realizan evaluaciones con los facilitadores después de cada sesión y al final, para incorporar la retroalimentación en las sesiones e intervenciones futuras.

Así pues, el prediseño resultante se pone después a consideración y valoración de la propuesta por parte de la comunidad, en una asamblea o en un evento especial en el que se presentan los bocetos y se explica el concepto (lo deben hacer representantes o delegados de los mismos participantes-artistas). Eso permite escuchar y nutrirse con las opiniones y las sugerencias recibidas. La retroalimentación, por tanto, es esencial para la definición de la composición final del mural.

También se aprovecha ese momento para pedir apoyo logístico a la comunidad (préstamos de escaleras, toldos para resguardo del sol, suministro de agua para utilizar diariamente en el mural, resguardo de los materiales, movilización de materiales, refrigerios, etc.). 

El paso siguiente es revisar y ajustar el diseño, asignar y adelantar las tareas necesarias para la realización de la obra, tales como la definición del cronograma, la asignación de responsabilidades, la preparación de la logística general de trabajo, la consecución del espacio o de la pared (con los respectivos permisos para hacer realidad el mural), la elaboración de actas de iniciación del mural (con los acuerdos hechos por el grupo y entre estos y la comunidad) y la compra y salvaguarda de los materiales.

En este momento, además, es conveniente brindar formación sobre aspectos básicos artísticos: de teoría del color, del manejo de luz y sombra a través de las degradaciones y aspectos generales de profundidad, perspectiva o figura humana; este curso rápido (en 3 encuentros, aproximadamente) permite a las personas participantes sentirse más cómodas y seguras al momento de iniciar la ejecución del mural.

Tras eso, ahí sí se pasa a la elaboración del boceto final o definitivo que guiará la obra, a la preparación técnica de la pared y a las jornadas de pintura (mínimo 10 días). Esta fase implica concertar y trabajar en equipo en busca de un fin común.

Se privilegia que los formadores o mentores sean hombres, dos por grupo de formación, para generar un clima de confianza entre ellos y los participantes, de tal modo que todos se sientan cómodos con la expresión de sentimientos, emociones, opiniones y juicios.

Los facilitadores deben ser hábiles en procesos de facilitación y culturalmente competentes en el área en la cual se desempeñan, ya que las discusiones pueden tornarse acaloradas. Deben poseer la destreza para movilizar a grupos de hombres, escucharlos, motivarlos y orientarlos a través de este delicado proceso.

Además, deben recibir capacitación para aplicar la metodología y atender las políticas de seguridad de CRS que abordan tanto la prevención del acoso, explotación y abuso, como mecanismos de denuncia y respuesta.

Equipo

Organizaciones educativas, sociales o gubernamentales interesadas en promover la paz. Pueden comunicarse con CRS para recibir orientación y formación para realizar buenas prácticas de atención psicosocial mediante esta metodología.

La formación (que puede durar entre 6 y 9 días) incluye preparar a los facilitadores, pasando por tres momentos:

  • Vivir la experiencia siendo parte de un grupo de hombres o participando en un taller vivencial.

  • Participar en el taller de formación de facilitadores en asuntos de masculinidades equitativas y constructivas.

  • Aprender estrategias para acompañar a los hombres siguiendo los ejes temáticos y las dinámicas que se recomiendan.

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Implementación
Monitoreo

En África se han hecho varios procesos formales de evaluación de la metodología Un viaje hacia una masculinidad pacífica que han demostrado su eficacia. En América Latina y El Caribe se están realizando procesos de formación de formadores en esta metodología, así como los primeros procesos de intervención.

Catholic Relief Services – CRS (2020). Un viaje hacia una masculinidad pacífica . Programa de estudios sobre masculinidad con equidad de género. Programa para los facilitadores. Manual en español. El autor

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Isabel Aguilar
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Diciembre 2022

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